Tras meses de expectación y miedo a partes iguales de los fans del manganime, Netflix estrenaba el 25 de agosto su versión de Death Note. Está claro que el canal a priori quiere congraciarse con los aficionados a las series japonesas, de ahí el proyecto y un catálogo bastante interesante de anime. Pero así no, Netflix, así no.
Recordamos que esta película ha sido dirigida por Adam Wingard y está basada en el manga del mismo nombre de Tsugumi Oba e ilustrado por Takeshi Obata.
Las opiniones sobre la cinta no se han hecho esperar, lo que ha incendiado las redes sociales. Se preveía que podría ser una película regular, tirando a deficiente. Pero ha conseguido superar las peores expectativas. Era “la crónica de una muerte anunciada”. La Death Note de Netflix ha sido un gran despropósito.
Pero antes de continuar con el análisis de la cinta, quiero destacar varios puntos. Muchos seguramente se apoyaran para defender está película en las palabras “basado en…” o “una versión de…” y por ello se les da licencia de hacer lo que les apetezca con la historia.
Por eso mismo, aun siendo fan de la obra original japonesa, me gustaría analizar la película desde dos puntos de vista. Haré el siguiente ejercicio.
Primero realizaré una crítica del film en sí mismo, como si no conociera el manga, ni de dónde procede. Una buena parte de los defensores del film, achacan las malas críticas porque hay muchos “fan del manga resentidos”.
En segundo lugar, lo valoraré como adaptación, pensado en la obra original.
Haciendo esto comprobaremos si la película puede ser “salvada” o “tirada a la hoguera”. Es probable que contenga spoilers. Estáis avisados.
Death Note, la película de Netflix.
Estamos ante un film de una hora y cuarenta minutos escasos. Lo más destacable del elenco de actores es el veterano y camaleónico Willem Dafoe. Encontramos a la hermosa Margaret Qualley (The Leftlovers) y su protagonista Natt Wolf (Ciudades de Papel)
La trama nos narra la historia de Light Turner, un chaval común de un instituto de EEUU. El chico es inteligente y se saca un dinero extra haciéndole los deberes a sus compañeros. Un día intentado defender a un chico recibe una paliza. Ese mismo día, encuentra un extraño cuaderno negro llamado «Death Note” y recibe la visita de un monstruo llamado Ryuk. Le dice que toda persona cuyo nombre se escriba en la libreta morirá. Light no duda en emplearla y matar al matón que le golpeó. Eufórico, le cuenta este descubrimiento a la rebelde animadora Mia, la chica que le gusta. Ambos comienzan así, a matar gente “culpable” y a hacer “justicia”.
Por otra parte, la policía no se queda quieta. Tras varios asesinatos en circunstancias extrañas, aparece el detective apodado L, un joven muy inteligente el cuál ha resuelto los casos más difíciles de la policía. Pretende dar caza al misterioso asesino Kira.
A priori la trama es interesante, pero el guión está muy mal ejecutado. Mucha información, mal contado y en poco tiempo. Sabiendo que se querían hacer secuelas, tiene delito.
Para colmo, creo que ni el propio director sabía como enfocar la película.
Intenta mezclar varios géneros fallidamente. En un principio, pretende ser un film de miedo con las apariciones siniestras de Ryuk y su risa malvada. Luego, hay toques gores con las muertes, entre ellas una decapitación mal hecha. Además, busca ser una película con romance y sexo adolescente, sin conseguirlo del todo. Añade a todo esto, un pseudo thriller policiaco mal narrado. Resultado: un mejunje de película infumable.
Para empezar, partimos de la premisa de que las cosas ocurren porque sí. Si no contamos con el manga, evidentemente. En ningún momento se explica quién es ese monstruo llamado Ryuk, ni de dónde sale ese cuaderno. ¿Por qué nadie puede verlo excepto Light?. El cuaderno tiene unas normas de funcionamiento ¿Por qué nadie explica al espectador lo que dicen? Debido a esta falta de información, no conocemos las reglas del juego y todo se vuelve caótico.
Por otra parte, el detective L, a los 10 minutos de su primera aparición conoce la identidad del asesino. A penas hay explicación de cómo llega a esa conclusión. En esta película se saben las cosas, y punto. Normalmente en cualquier película de detectives aparece un mínimo de explicación, para que el espectador siga las pesquisas, pero aquí no hay nada de eso.
Luego aparecen los giros de guión con calzador y los cambios de personalidad tan radicales que sufren los personajes. Light supuestamente es inteligente y se ve manipulado como un pelele por la animadora Mia, para luego al final, volver a ser… ¿Inteligente?
El detective L , algo excéntrico al principio, parece inteligente, metódico y reflexivo. Pero casi al final de la película, se vuelve un chaval llorón, voluble, que no es capaz de controlar sus actos, pasándose la justicia por el arco del triunfo.
Para colmo de todo esto, la elección musical vuelve a la película casi una comedia involuntaria. Música “ochentera” que no pega con el ambiente del film.
Llega un punto en el que no se sabe si el director se está cachondeando del espectador o no. En la parte más “dramática”, casi al final de la película, los protagonistas se están cayendo de una noria a cámara lenta. A punto de morir, se puede escuchar de fondo “The power of love” de Céline Dion. Totalmente fuera de lugar.
Y como perla final, sin venir a cuento, en los créditos tenemos imágenes del rodaje con los actores muertos de la risa con el fondo verde. Como espectadora sentí que me estaban tomando el pelo.
Como veréis no he mencionado absolutamente nada relacionado con el manga.
Death Note de Netflix como adaptación del manga
Si como película era mala, como adaptación no tiene nombre. El director simplemente cogió varias ideas: el Death Note con el que se asesina gente, varios nombres parecidos y Ryuk. Hasta ahí.
Es como si solo se hubiera ojeado la portada del manga por encima y en vez de leérselo hubiera mirado una sinopsis mal redactada de Wikipedia. Añadimos a todo esto el evidente desprecio por la cultura japonesa y por todo lo que no sea de origen “yanqui” y sale esta película. Es cierto, que trasladar el universo de Death Note a América no es tarea fácil, pero es una historia que tiene muchos elementos occidentales, lo que facilitaría la adaptación. Si hubiera un mínimo de interés, claro.
Tiene lo básico para hacer un thriller policíaco decente al estilo “Mentes criminales”, por ejemplo. Y todo esto sin destrozar una historia que funciona.
Algunas críticas le llamaron el Death Note para “dummies”. Ya veréis el motivo.
Han conseguido convertir una obra de suspense de transfondo psicológico complejo, con juicios morales y batallas de intelecto, en una “americanada” más para adolescentes hormonados, dónde solo veremos sexo, gore y poco más.
Los personajes están totalmente deformados. Light no es ni la sombra de su personaje. en el manga. Light Yagami (no Turner) es guapo, muy inteligente y orgulloso con unos principios muy firmes sobre la justicia que merece el mundo. No por nada quiere convertirse en un Dios. Además es frío y muy calculador. Un manipulador nato.
Wingard en su versión, nos ofrece un adolescente normal, cobarde, llorón y con una inteligencia bastante justita, aunque intenten hacer creer al espectador lo contrario. Para colmo, parece que tiene sentimientos de culpa y es un tonto enamorado de la “femme fatal” que es Mia.
El personaje de Misa, por muchos amado y odiado, es prácticamente inexistente, cuando en el manga es una carta de triunfo de Light, sobre todo para los ojos de shinigami. Es una chica mona, obsesionada con Kira y que se deja manipular por él, para complacerlo.
Lo más “parecido” que encontramos en la película es a Mia, una animadora psicópata algo rebelde y que manipula a Light a su gusto. Parece como que en la versión de Netflix se han invertido los roles con respecto al manga. Pero para mal. Light y Mia de Netflix son adolescentes calenturientos, borrachos de poder, que matan inocentes como daños colaterales. Solo se ven guiados por la venganza e impulsos irreflexivos.
La némesis de Light, L, uno de los personajes más conocido e importantes de la serie tampoco sale bien parado. Y no hablamos de su etnia de raza negra, que provocó cierta polémica por su aspecto, ya que no cuadra con la evidente palidez del original. Lo peor fue la construcción del personaje. L hace aguas y tiene fallas muy graves.
En el manga se perfila como un personaje excéntrico, calmado, metódico, muy inteligente, con fuertes valores morales y éticos. Un modelo digno de lo que debería ser la justicia policial.
Debo reconocer que al principio de la película el L de Netflix hace una actuación tan cercana, que por breves momentos vi al L original. Pero eso no duró mucho. Poco a poco se va diluyendo y se pierde por completo el personaje. El resultado es una auténtica locura con respecto al manga. Al final de la película vemos a un L, completamente fuera de sí, que no es capaz de controlar sus actos. Y lo peor, es que se plantea escribir el nombre de Light en la Death Note. Algo impensable en la lógica del personaje original.
Olvidaos de batallas intelectuales y del suspense que hacían especial al manganime. En la película no hay nada de eso. Solo adolescentes dejándose llevar por sus impulsos primarios, sin ningún tipo de lógica o reflexión sobre el bien o el mal.
Lo único rescatable, aparentemente, sin ser acertado es Ryuk. Su diseño es aceptable. Pero son pocas las veces que lo veremos a la luz y bien definido. Su risa malvada y su voz están bastante bien, aunque a penas tiene dos frases en el guión. Hasta ahí el parecido.
En el manganime vemos un personaje muy interesante. Es el poseedor de la Death Note que envía a la tierra por simple aburrimiento. Prefiere observar y de vez en cuando dar cierta información solo por diversión, para ver qué ocurre. No está en ningún bando. En la película junto con Mia, te dan a entender que es un personaje malvado y que mete presión a Light para hacer los actos que hace.
Podría seguir sacando defectos y elementos mal adaptados de la historia pero la lista es demasiado larga. No merece la pena. Es un film que ha perdido toda la esencia y se ha quedado en lo superficial.
En resumen, el Death Note de Netflix, como película en sí misma, no resulta ni entretenida. Es totalmente olvidable con multitud de agujeros en el guión.
Y como adaptación es una auténtica bazofia, en la que se ve una total falta de respeto a la obra original.
Lo peor es que Adam Wingard “amenaza” con hacer secuela. Que no cuente conmigo para verla.
Tanto como si os gusta el buen cine o el manganime: Os recomiendo que no veáis Death Note de Netflix.
Para terminar, dándole un toque de humor a la crítica ¿Qué pasaría si Light original viera el trailer de Netlfix?
Kampai Otaku 